Voy a contarte una historia muy particular que me sucedio hace unos meses en un viejo bar. Un hola fue suficiente para entablar conversacion. Me improviso un poema inspirado en mi diadema, sus intenciones de don juan ya sabemos donde acaban. Cuando ya eran siete las cervezas , me invito a su departamento inventando nose que cuento, yo acepte muy gustosa, eran las dos de la madrugada, que manera de darle fin a la jornada!. Y paso lo que tenia que pasar, la noche fue de amar y amar. Lo comico era que el no sabia, y cuando lo desperte con una caricia, le dije son ochenta de los verdes, y eso es por tratarse de ti. Me dijo estoy acabado, no tengo ni un centavo, solo amaneci un poquito enamorado, aceptas un cheque post fechado que sirva de pago por haberte amado?
Le di un beso en la barbilla. de esos que hacen cosquillas. Me vesti, y me fui. Una lagrima corria sobre mi mejilla. Y en esta historia, regrese y le dije: tu deuda está saldada yo también me marcho algo enamorada.
Ochenta verdes por ternura es una ganga en el mercado, para el que busca una aventura y termina enamorado.
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